sábado, 15 de octubre de 2011

Multiaventura en Blessington, Wicklow.

Planazo el de hoy sábado. Pasamos el día a orillas del lago Poulaphouca haciendo diversas actividades de la mano de un monitor. Tuvimos que coger la guagua nada más llegar a Rockbrook para poder aprovechar el día y así hacer todas las actividades programadas. A este plan sólo fuimos los dos colegios canarios, así que también se produjo el esperado reencuentro de los hermanos Ana y Alejandro Díaz.

Avon Rí es el nombre de la empresa organizadora de la actividad, y al llegar salió nuestro monitor a recibirnos y explicarnos el apretado planing de la jornada: Segway, escalada, tiro con arco, y la actividad estrella, kayaking.

El Segway es un transporte de dos ruedas en el que te montas y diriges mediante tu inclinación corporal más el manillar. Parece un "gacheto-invento", y nos enseñaron a utilizarlo y hacer un pequeño recorrido con él. Nos hubiésemos divertido más de haber tenido varios segway y poder competir entre nosotros, pero no nos reimos poco viendo a cada uno tratando de domar a su caballo...

Tras esto pasamos a hacer escalada en un rocódromo (construido en madera, pero no sé si el término es diferente cuando la base sobre la que se fijan las piedras no es roca...). Cada uno con su arnés bien puesto y el casco reglamentario, asegurados con cuerdas y siempre de la mano del profesional, hicieron una primera ronda de escalada en una pared relativamente sencilla. Realmente no sé qué les gustó más, si la subida o la bajada, pues la vuelta era dando saltos hacia atrás suspendidos en el aire, o al menos eso es lo que se suponía que tenían que hacer...
Luego el monitor ofreció otra ronda de escalada para quien quisiera, en una pared que ya tenía menos puntos de apoyo y más pequeños, donde se apuntó Spiderman y sus amigos para superar también esta prueba sin excesivas dificultades.

 La última actividad terrestre fue el concurso de tiro con arco. Siempre empezamos cada actividad explicando cuál era la dinámica que se iba a seguir, normas de seguridad, además de la información sobre el material a utilizar y su modo de uso.
Así que, tras las pertinentes clases particulares sobre el manejo del arco con los tres tiros de gracia para conocer cada uno su arma, empezó la ronda de tiros y lectura de puntuaciones. Sólo decirles que más de una vez hubo que buscar las flechas a ver dónde había caído por fuera de las dianas de 1metro (¡y no estábamos a mucho más de 5 metros de distancia de ellas!).
Sin embargo, puesto que debe de haber de todo en la viña del Señor, mientras algunos no acertaban a entenderse con su arco, otros lo tenían como una prolongación de su propio brazo. Tal vez corra por sus venas sangre de Robin de Locksley...

Y ya para rematar el día, el plato estrella: kayaking con neoprenos en el lago helado. Tal vez no venda demasiado este título, ¿no? Pero la realidad es que aunque había cierta resignación general a meterse en el agua, resultó que a todos fue la actividad qué más les gustó.
Equipados con neopreno, casco y chaleco salvavidas, cada uno con su remo cogió un kayak individual para meterse en el agua. La entrada al lago fue gloriosa, con gritos de "¡No puedo!" al intentar subirse a su montura mientras los que ya lo habían conseguido se dedicaban a mojar a los otros, más evidentes muestras de falta de equilibrio o coordinación que se traducían en más gritos u hombres al agua... Aquello parecía el resultado final tras una batalla, ¡y apenas estaban empezando!
Pues toda la actividad fue más o menos así, por lo que no me pude parar de reír mientras Víctor luchaba por mantener a flote su submarino (tenía tanta agua que apenas sobresalía el kayak por encima del agua), Pedro por dirigir en línea recta su embarcación, Alberto mojar al resto de seres vivos con su pala, y Manu y Ale tratar de encestar con la pelota en unas "canasta-porterías" que había (se suponía que estaban jugando un partido niños contra niñas, pero la realidad es que cada uno encontró algo mejor que hacer, o simplemente luchar por mantenerse a flote...). Y entre tanto, el monitor se dedicaba a rescatar kayaks volcados y remolcarlos hasta la orilla para poder vaciarlos...

Finalmente tuvimos que recogernos para no llegar tarde a Rockbrook, pero de buena gana se hubiesen quedado un buen rato más batallando en el agua... que si no recuerdo mal estaba helada, ¿no?

A veces ponemos reparos sin siquiera dar una oportunidad, y tras hacerlo vemos que aquello no era tan malo o no era como nos habíamos imaginado, o incluso nos sorprende para bien por cuanto nos ha gustado o el bien que nos ha hecho. ¡Mañana más!

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